Nos hicieron
creer que el "gran amor" sólo sucede una vez, generalmente antes de los
30 años; no nos contaron que el amor no es accionado ni llega en un
momento determinado. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la
mitad de una naranja y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos
la otra mitad; no nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en
nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de
completar lo que nos falta.